jueves, 13 de octubre de 2011

Fumar era un placer


¿Qué habría sido del cine sin el tabaco?. Era un elemento indispensable en las películas clásicas. Ahora no tanto.
El cine negro de los cuarenta olía a tabaco, también el western. Cualquier estrella debía tirar una colilla de cigarillo con destreza, como lo hacían 
Humphrey Bogart, John Wayne o BetteDavis, o sujetarlo con la comisura de los labios, igual que Robert Mitchum. 
Se podía ver  esta moda en algunos films de Fritz Lang como: M, el vampiro de Düsseldorf
Pero está claro que no todo se debía a la magia de la nicotina; detrás de todo esto , muchas veces, había intereses puramente económicos; mucho dinero, un negocio que satisfizo a la industria del cine y a las tabacaleras. 
Las estrellas fumaban unas determinadas marcas, y las anunciaban por radio. Según un estudio que  publicara Tobacco Control, perjudicó los pulmones de millones de espectadores embaucados por el influjo de las Star System, que promocionaban su consumo. 

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