Tanto se imponía una delgada y elegante Audrey Hepburn, como también la atractiva Sofía Loren con proporciones más propias de la mujer mediterránea. Tanto unas como otros; de gran belleza o no, influyeron la moda.
Se han impuesto desde la gabardina de Humphrey Bogart en Casablanca (1942), como en Estados Unidos fue el propiciado por la actriz Verónica Lake durante la Segunda Guerra MundialÉsta solía llevar un peinado en el cual el pelo le cubría la mitad de la cara y las mujeres estadounidenses, en su afán de imitar a las estrellas, no tardaron en incorporar este elegante peinado a sus vidas cotidianas. El peinado fue un éxito tan grande que el gobierno tuvo que intervenir y prohibirlo, ya que la mayoría de estas mujeres trabajaban en fábricas de armamento y con el pelo sobre un ojo no podían trabajar bien y cometían errores.
En el caso de Marlon Brando en Un tranvía llamado deseo (1951) puso de moda las camisetas de algodón de manga corta común y corriente. Hasta ese momento no era para nada habitual que los hombres llevaran este tipo de camisetas, siendo hoy una de las prendas más usadas y más comunes en todo el mundo..
En la actualidad al cine, se le suma la televisión y la publicidad, contribuyentes decisivos a convertir las ideas de unas personas singulares en objetos de consumo para una mayoría. Los medios de comunicación, sostienen la configuración de la llamada sociedad de masas, tienen un papel esencial, también en la uniformización de la sociedad.
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