Guión: Jean-Luc Godard (Argumento: François Truffaut)
Reparto: Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Jean-Pierre Melville, Jean-Louis Richard, Claude Mansard, Jean-Luc Godard Productora: Impéria Films / Société Nouvelle de Cinema
Reparto: Jean-Paul Belmondo, Jean Seberg, Daniel Boulanger, Henri-Jacques Huet, Roger Hanin, Jean-Pierre Melville, Jean-Louis Richard, Claude Mansard, Jean-Luc Godard Productora: Impéria Films / Société Nouvelle de Cinema
Música: Martial Solal
Género: Drama
País: Francia
Año: 1960
"Sin Aliento" se considera como el auténtico manifiesto en imágenes del nuevo cine francés. Es un thriller con final trágico, una historia corriente, pero su interés radica en la modificación que Godard (su director) hace del lenguaje narrativo convencional. Introduce digresiones (desviación en el hilo de un discurso para expresar algo que se aparta del tema que se está tratando) y utiliza un lenguaje grosero como provocación.
El guión recoge sólo algunas ideas anotadas; de esta forma, los actores pueden improvisar.
Se salta las leyes del cine, altera el raccord, los movimientos de cámara, los fundidos, provocando asincronías. Como él mismo afirmó: “Una película ha de tener planteamiento, nudo y desenlace, pero no necesariamente en ese orden.”
Los actores miran fijamente a la cámara, los encuadres son ilustración del diálogo, que a menudo transcurre en tiempo real.
Tras el Mayo del 68, se decide a utilizar el cine como un combatiente al servicio del ideario marxista leninista.
"Sin Aliento" se considera como el auténtico manifiesto en imágenes del nuevo cine francés. Es un thriller con final trágico, una historia corriente, pero su interés radica en la modificación que Godard (su director) hace del lenguaje narrativo convencional. Introduce digresiones (desviación en el hilo de un discurso para expresar algo que se aparta del tema que se está tratando) y utiliza un lenguaje grosero como provocación.
El guión recoge sólo algunas ideas anotadas; de esta forma, los actores pueden improvisar.
Se salta las leyes del cine, altera el raccord, los movimientos de cámara, los fundidos, provocando asincronías. Como él mismo afirmó: “Una película ha de tener planteamiento, nudo y desenlace, pero no necesariamente en ese orden.”
Los actores miran fijamente a la cámara, los encuadres son ilustración del diálogo, que a menudo transcurre en tiempo real.
Tras el Mayo del 68, se decide a utilizar el cine como un combatiente al servicio del ideario marxista leninista.
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